Jaime de las Heras
Editor SeniorViajar es un placer, pero en más de una ocasión puede ser, si no una tortura, sí algo parecido a una experiencia más frustrante de lo que parece. Por desgracia para las Pirámides de Guiza, una de las siete maravillas del Mundo Antiguo –y la única que pervive– y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es algo relativamente recurrente en el monumento más visitado de Egipto.
Las quejas de los turistas son recurrentes y las webs que se llenan de comentarios y trucos para evitar, por ejemplo, que te timen con las entradas o que los cairotas te estafen trasladándote hacia la meseta de las Pirámides, dejándote verdaderamente lejos o cobrándote una fortuna bajo un sol de justicia.
Egipto se hartó, evidentemente, de que su principal valor cultural se hubiera convertido en una ratonera y con una potente inversión de 30 millones de dólares se han acometido ciertos cambios en la forma de visitar las Pirámides de Guiza que, aunque le resten esencia a la experiencia, mejoran y modernizan el resultado.
Entre ellos, una de las claves era conseguir un sistema de transporte de autobuses que acercarse a las Pirámides sin entrar hasta ellas, con una plataforma de lanzaderas autorizadas a la que no podían acceder vehículos sin licencia ni los carros ilegales, escena habitual en El Cairo, tirados por burros y por caballos.
El tres de julio será la puesta de largo oficial del cambio que durante siete años ha estado afrontando Egipto, tras un potente acuerdo público-privado, que, en cierto modo, va a convertir las Pirámides en un parque temático.
Entre algunos de los hitos, por ejemplo, se espera también para ese mes la apertura del Gran Museo Egipcio, donde ha habido una inversión de más de 1.000 millones de dólares y que será otro de los imanes con los que Egipto quiere subirse al carro de la modernidad.
Esta escena, con coches, autobuses y carros, era recurrente en la Meseta de Guiza. ©Jean Carlo Emer.
Modernidad que, por ejemplo, pasa por haber convertido la Meseta de Guiza en un territorio libre de coches, una de las medidas estrella de la renovación, donde nadie podrá acceder hasta el mismo pie de las pirámides en cualquier tipo de transporte.
En la renovación, por ejemplo, también se incluyen pequeñas paradas de autobús donde se cogerán las lanzaderas hasta las pirámides con más baños, tiendas de souvenirs y cafeterías. De hecho, esta parte de la ecuación era una de las más potentes en la remodelación y nueva conceptualización de las pirámides.
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